Yo últimamente estoy viendo mucho y comentando poco. A ver si puedo hacer un recorrido rápido por todo lo que he visionado estos días. La cosa es que no sé si yo tengo el listón bajísimo o si de verdad me flipa esta gente porque me está encantando prácticamente todo

Vengo de ver
Adelheid, que ha sido toda una sorpresa. Es cierto que con Vlácil uno ya va preparado pero no sé por qué esperaba algo claramente inferior a
Holubice y lejos de las grandes obras de la ola y sin embargo me he encontrado con una película sombría, madura, delicadísima y con la lírica que ya viene caracterizando al trabajo de este hombre. Mejor aún me ha parecido
La tienda en la Calle Mayor, que se va a colar casi seguro entre mis tres primeras y de la que ya se han dicho suficientes cosas como para que yo venga a repetirlas.
Los amores de una rubia también me ha gustado mucho. Un trabajo fresquísimo y con momentos muy divertidos llena de encanto que funciona a la perfección. Pero en frescura le gana la locura de
Las margaritas, una película que con Ana Karina hablando francés te la firma el Godard de
Une femme est une femme un poco más suelto y torpe de lo habitual y con un par de copas en el cuerpo definitivamente envalentonado a romper con todo, que si hemos venido a jugar, a Chytilová no le gana nadie.
He recuperado
Diamantes de la noche de cuando apareció por la Eurocopa y también me ha gustado mucho. Un ejercicio breve pero intenso.
Valerie y su Semana de las Maravillas me ha gustado mucho más (cosa que no esperaba) con su mezcla entre lo inocente y lo perturbador, lo bello y lo oscuro. ¿Es un cuento de hadas perverso o un encantador cuento de vampiros? Me gusta lo bien que combina ambos elementos, me maravilla visualmente y tiene algunas de las imágenes más hermosas (en sentido estético-conceptual-yoquésé) que he visto en este ciclo.
Muy bien por otra parte
El apartamento, no de Billy Wilder sino el cortometraje de Jan Svankmajer que me ha dado por ver. No me ha gustado tanto como su
Dimensiones del diálogo pero no me puedo resistir ante una pieza cuasikafkiana tan potente. A
Trenes rigurosamente vigilados le precede su fama. Me ha encantado, como todo lo que he mencionado hasta ahora (

), pero al mismo tiempo ha sido una ligera decepción, porque esperaba que se colase en un puesto alto que no alcanza.
Pájaros, huérfanos y locos no me ha terminado de entusiasmar. Si antes mencionaba a Godard para hablar de
Las margaritas, es inevitable pasearlo de nuevo para decir que esta película viene a contestar a la pregunta que (espero) nadie se hizo sobre cómo sería una fresca y alocada película de Godard en las manos de Emir Kusturica. Me acabó agotando un poco, como ya me ocurrió en su día con algún trabajo de este último (quizá es por eso que me ha dado por compararlo. Perdonad los símiles bobos).
Y más o menos por aquí lo dejé. Confío en que me dé tiempo a ver unas siete películas más (entre ellas las dos de Kachyna que tan bien habéis vendido y El valle de las abejas), porque estoy gozándolo con este ciclo. No creo que nadie llegue hasta aquí pero bueno, me ha servido para echar el rato en estas horas de insomnio y soltar un poco lo que opino sobre ellas.